La lenta Agonía del Franquismo (1969-1975)
La principal preocupación del Régimen en sus últimos años fue preparar el camino hacia la continuidad después de la muerte del Caudillo. Pero en ello tropezó con la acción de la oposición democrática, cada vez más poderosa.fue un quinquenio de constantes movilizaciones a favor de la democracia. Ante ellas, el Régimen sólo supo adoptar una postura de dureza. Las huelgas obreras se multiplicaron. La Iglesia manifestó con claridad su distanciamiento progresivo: en 1971 la Asamblea Conjunta de Obispos y Sacerdotes aprobó una resolución por la que la Iglesia solicitaba el perdón por no haber sido un elemento de reconciliación en la Guerra Civil; en 1973, los obispos solicitaron la revisión del Concordato de 1953. Uno de los pilares del Régimen, se distanciaba ostensiblemente.
La actividad de ETA en el País Vasco se recrudeció, al tiempo que se formó el FRAP (Frente Popular Antifascista y Patriótico), partidario igualmente de la acción armada contra la dictadura. En diciembre de 1970 se celebró en Burgos un consejo de guerra contra diversos miembros de ETA, para los que se solicitaba, entre otras, seis penas de muerte. El gobierno quiso así dar muestra de firmeza. Pero los resultados fueron especialmente negativos para él. La Asamblea Plenaria del Episcopado pidió clemencia. El País Vasco conoció una movilización general: huelgas, manifestaciones, asambleas, etc.
Las acciones de protesta se extendieron a toda España. La respuesta del Régimen fue la declaración del estado de excepción y la organización de otra gran manifestación de apoyo a Franco. El Proceso de Burgos concluyó con la promulgación de seis penas de muerte, que fueron conmutadas.
0 comentarios