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El desarrollo Económico

         Benidorm en la actualidad. Notese, como ha ido cambiando desde el Boom turístico de los años 70

 

       El éxito del Plan de Estabilización fue enorme. A partir del mismo, España conoció una radical transformación económica y social. se produjo un rápido proceso de industrialización. Pero estos cambios no fueron acompañados de las correspondientes innovaciones políticas.

     Este proceso de industrialización fue paralelo al que se estaba dando en toda Europa occidental, de donde procedían las grandes inversiones de capitales, asi como la tecnología, que permitieron el despegue industrial.

     Los resultados más palpables del desarrollo económico se produjeron en la industria, que creció con rapidez (aproximadamente, el 10 por ciento anual). Las inversiones extranjeras, que buscaban un mercado nuevo al tiempo que se beneficiaban de los bajos salarios, y la escasa conflictividad laboral fueron importantes. Ello dio lugar a una demanda creciente de mano de obra, que originó un gigantesco éxodo rural, despoblando la España rural en beneficio de la urbana.

     La agricultura, sector especialmente atrasado, sufrió de forma contradictoria los efectos del progreso industrial. Por un lado, la emigración privó de la abundante mano de obra, lo que encareció los salarios; jornaleros y pequelos propietarios abandonaron en masa el campo, camino de las ciudades o del extranjero. Por otro lado, e a remolque de los otros sectores, la agricultura tambien se modernizó: la mecanización, las mejoras tecnológicas (insecticidas, especialización en las cosechas, abonos químicos, etc.) permitieron el crecimiento de la producción.

     La organización de la economía fue llevada a cabo por el grupo de ministros tecnócratas del Opus Dei, que elaboraron un programa planificado para coordinar el desarrollo: fueron los llamados Planes Cuatrienales de Desarrollo.

     El primer Plan de Desarrollo Económico y Social, duró desde 1964 a 1967, y fue seguido de dos más, que se aplicaron hasta 1975. Los planes hicieron hincapié, fundamentalmente, en el sector industrial, que se consideraba básico para el crecimiento económico. Para ello se intentó mejorar la estructura de las empresas, incrementando sus dimensiones y producciones, e incidir  en la localización industrial, tratando así de disminuir los desequilibrios regionales. Se crearon los llamados Polos del Desarrollo, situados en zonas atrasadas, favoreciendo la instalación de nuevas industrias, atraídas por las facilidades económicas otorgadas por el Gobierno.

     La dinamización económica se debió, más que a la planificación gubernamental, a la muy favorable coyuntura económica internacional. Esta permitió a los empresarios cosechar grandes beneficios y una ampliación constante de sus industrias.

     Este periodo fue de excepcional crecimiento económico. España, que en 1960 era, junto con Portugal, el país más pobre de Europa, dejo de ser un país subdesarrollado a finales de esta década. Los signos de este cambio eran evidentes. La población activa agraria, que en el censo de 1960 todavía era del 42 por 100, descendió rápidamente, y en 1970 era del 25 por 100. Tal disminución se debió a que centenares de miles de campesinos abandonaron su trabajo en el campo, trasladándose a la industria, la construcción y los servicios, en las aras urbanas. Otro grupo numeroso se vio obligado a emigrar a los países de Europa occidental, que atravesaban por una época de gran expansión económica y necesitaban abundante mano de obra. Aproximadamente un millón de españoles se asentó en estos países (Francia, República Federal Alemana, Suiza, Bélgica...). De esta manera se pudo solucionar el excedente de mano de obra. Por otra parte, las divisas que los emigrantes enviaban ayudaron considerablemente a compensar el déficit comercial exterior.

     Otra importante fuente de ingreso de divisas fue el fuerte impulso que experimentó el turismo extranjero. Determinadas zonas de la Costa se combirtieron en lugar barato de veraneo para alemanes, franceses e ingleses. Esta actividad sepuso una expansión importante de las industrias complementarias (construcción y servicios) y, junto con las divisas procedentes de los emigrantes, la posibilidad de equilibrar la balanza comercial española. De todas formas, la expansión de la llamada industria turística se realizó, en muchos casos, con iniciativas especuladoras que no tuvieron en cuenta la preservación de los bellos espacios naturales y la calidad de las instalaciones.

     Otro aspecto que ilustra el proceso de cambios ocurridos fue el rápido crecimiento urbano y la concentración de la población en las zonas industriales. Así, los habitantes de las grandes ciudades pasaron del 28 al 50 por 100 de la población española.

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