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El Aislacionismo de España

<u><b>El Aislacionismo de España</b></u>

    

     Una serie de acontecimientos sellaron la incomunicación exterior y la condena general: en 1945, en el momento de la creación de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), heredera de la Antigua Sociedad de Naciones, la candidatura de España fue rechazada. En diciembre de 1946, la ONU emitió una resolución que condenaba el régimen de Franco y Proponía que los embajadores acreditados en Madrid abandonaran el país, cosa que hicieron en la mayoría de ellos. La resolución realzaba el carácter fascista del Régimen y su vinculación a la Alemania nazi y a la Italia de Musolinni, su imposición violenta sobre el pueblo español por medio de la guerra, y recomendaba su expulsión de los organismos internacionales.

     Mientras tanto, Franco intentaba cambiar la imagen del Régimen, para hacerla más presentable a los ojos externos, eliminando aquellas cosas que recordaban excesivamente el fascismo: supresión del saludo fascista (brazo en alto); amnistía parcial para los detenidos políticos, todavía muy numerosos a pesar de los años transcurridos desde el final de la Guerra Civil; promulgación del llamado "Fuero de los Españoles", que pretendía ser una declaración de los derechos cívicos, aunque eran limitados que no podían ser homologados con las libertades de cualquier nación democrática. Pero lo más importante para este cambio de imagen fue el nombramiento de un nuevo gobierno, en el que participaron destacados católicos, con el fin de limitar parcialmente el predominio de los falangistas. El Régimen Había contado desde 1936 con el apoyo de un sector muy importante de la Iglesia Católica. La incorporación a las tareas de gobierno de varios políticos católicos fue desiciva para obtener el apoyo del Vaticano, muy valioso en estos años tan dificiles para Franco y su Régimen.

     La reacción ante la condena internacional fue la misma que se repetiría en tantas ocasiones a lo largo de su mandato: movilizar la opinión pública a través de la radio y la prensa -totalmente controladas en una época en que la libertad no existía-, y apelar al patriotismo de los españoles ante la  "Injerencia extranjera". Una manifestación multitudinaria aclamó al Caudillo y rechazó el aislamiento. No obstante, aquellos años (1946 - 1953) fueron los más difíciles para el Régimen.

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